viernes, 23 de septiembre de 2016

Pensar en positivo

"El optimismo es la fe que conduce al éxito. Nada puede hacerse sin esperanza y confianza"

Helen Keller (1880-1968) Escritora y conferenciante estadounidense.

La actividad que os presento hoy es un proyecto que está planificado para que dure todo el primer trimestre. Primero porque el objetivo que se persigue es crear un hábito (lo que nos llevará cierto tiempo) y segundo porque el producto final de este proyecto nos viene de perlas para celebrar las fiestas navideñas en clase. Diciembre nos parece ahora súper lejano, pero ya veréis, ya...

Pensar en positivo no siempre es una tarea fácil, aunque estaréis de acuerdo conmigo en que a los niños y niñas les cuesta mucho menos que a nosotros ver el lado bueno de las cosas. Este proyecto sirve para materializar en el aula ese pensamiento positivo que a veces no verbalizamos y pasa desapercibido. Es muy útil cuando encontramos grupos de alumnos con conflictos continuos o simplemente para afianzar las buenas relaciones en un grupo unido.

Os explico paso a paso:

El proyecto comienza el día que al llegar a clase aparece encima de la mesa un pequeño abeto de cartón de unos 30 cm de alto. Una cosa así:


Simplemente dibujad dos siluetas iguales sobre una plancha de cartón haciendo una ranura a cada una para encajar las dos piezas y que nos quede un abeto en 3D


¿Qué tiene que ver todo esto con ser positivo?

El abeto debe aparecer en clase acompañado de una historia. La historia de "El árbol que odiaba todas las cosas". Les contaremos a los alumnos cómo había una vez un árbol que odiaba tanto todas las cosas que no podía crecer de tanto sentimiento negativo en su interior. Podéis descargar el cuento completo al final de la entrada. Nuestra tarea consistirá en hacer que el árbol crezca poniendo en la cajita que lo acompaña pensamientos positivos. Podéis ayudar a los alumnos a crear pensamientos positivos enseñándoles ejemplos de frases motivadoras como las de Mr. Wonderful, pero también debemos motivarlos a crear los suyos propios. Durante el mes de octubre los alumnos van echando pensamientos positivos a la cajita del abeto para que éste pueda crecer. Si conseguimos crear el hábito y llenamos la caja de pensamientos positivos a principios de noviembre deberemos tener preparado un abeto un poco más grande que aparecerá de igual modo en clase (procurando hacer desaparecer el pequeño). Este segundo abeto viene con un mensaje importante: se convertirá en árbol de navidad si volvemos a llenar la caja. Y así, a primeros de diciembre, nuestro pequeño árbol debe estar preparado para convertirse en un abeto navideño.


Durante todo ese tiempo, hablar de positivismo será algo común en clase. Deberemos procurar que transformen sus mensajes negativos en mensajes positivos. Debemos recordarles continuamente que las personas crecemos físicamente pero también emocionalmente, y no se crece bien emocionalmente cuando guardamos muchas cosas negativas en nuestro interior. Haremos hincapié en lo importante que es que hablen de sus sentimientos y en cómo su familia y nosotros los profesores siempre estaremos ahí para escuchar cómo se sienten. Hablar de emociones conlleva, en ocasiones, improvisar. Improvisar en el sentido de que sólo debemos ofrecer un pequeño hilo conductor para evitar salirnos de la dinámica pero debemos dejarles siempre expresar sus ideas, opiniones y sentimientos.

Esta dinámica está pensada para llevar a cabo más o menos hasta tercero. Depende mucho de los niños que tengamos, pero obviamente a niños más mayores no los sorprenderemos cambiando un árbol por otro. 

El curso pasado el resultado final fue este maravilloso árbol que nos sirvió para decorar la clase en navidad. 




Os animo a probar la dinámica y a contarme qué tal os fue o si añadisteis algo nuevo.

Gracias!


Cuento "El árbol que odiaba todas las cosas"

No hay comentarios:

Publicar un comentario